lunes, 5 de diciembre de 2011

Steampunk en Chile


El Steampunk es un subgénero de la ciencia ficción que debe su origen en parte a las novelas de H. G. Welles y Julio Verne, y que ha destacado popularmente por su estética. De hecho se  ha desarrollado esta moda retro-futurista-victoriana en distintos libros de ciencia ficción, más un puñado de películas dignas de mencionarse (Jim West, Jasper Morello), destacando particularmente las del género animé (El castillo andante, Last exile…).
En Chile, en el último tiempo, la literatura steampunk ha tenido su pequeño desarrollo, con libros como:

La Segunda Enciclopedia de Tlön

Del prematuramente fallecido Sergio Meier Frei, quillotano de ascendencia alemana y uno de los pocos expertos en ciencia ficción en Chile, hoy en día escritor de culto, al igual que esta novela.
Libro denso y complejo, donde el ambiente victoriano steampunk se cruza con la física quántica, universos paralelos, magia y esoterismo. Un enredado paradigma holográfico en el que es fácil perderse.
Tiene el mérito de ser la primera novela steampunk hecha en Chile.






1899: Cuando los tiempos chocan

Escrita en el marco del auge del género ucrónico (ficción histórica), 1899 relata un universo donde Chile es súperpotencia militar y tecnológica gracias al descubrimiento de un súper mineral radioactivo llamado Metahulla y de los trabajos del profesor Joseph Cavor, arrancado de las páginas de la novela de H. G. Welles, The First Men in the Moon. De hecho cabe destacar que esta novela gráfica está llena de referencias o guiños a otras obras de ficción decimonónicas además de históricas, pasando por Julio Verne a H. P. Lovecraft.

Esta es una novela gráfica ya más popular, que tuvo una buena acogida por parte del lector promedio manteniéndose durante un mes en el raking de los libros más vendidos.
A pesar de que ya no cuente con la misma editorial, su éxito fue suficiente para que sus creadores, Francisco Ortega y Nelson Daniel, estén trabajando en la secuela de lo que será la Trilogía de la Metahulla, ambientada unas décadas después, y esta vez con otro subgénero derivado del steampunk, el Dieselpunk.


La Sombra de Fuego: El último viaje del teniente Bello

De Alberto Rojas, al igual que 1899 una ucronía steampunk con la Guerra del Pacífico como tema de fondo. Para esta novela el autor recoge el mito del teniente Bello, mostrándonos su desconocido paradero: Un universo alternativo del año 1881, con tecnología más avanzada que ha influido negativamente para Chile en el desarrollo de la Guerra del Pacífico.
Así, en un universo steampunk ya más avanzado tecnológicamente, la llegada de la maquina voladora de Bello viene a acelerar aún más el progreso técnico y armamentístico.
Más adelante se revela que el desarrollo de maquinaria de guerra como las Tortugas (suerte de mega-tanques) también fue debido a la llegada de otro personaje del futuro (de un futuro alternativo, para ser exactos). Pero también dan a entender que este universo ya era distinto en su evolución política y científica antes de la llegada de estos viajeros.
Para una reseña más completa, y alabada por el mismo Alberto Rojas, haz click aquí

Cabe mencionar que para el desarrollo de este género en Chile, argumentalmente se tiene que recurrir a dos opciones: universos paralelos o súper mineraleres (elemento clásico en varias historias de este subgénero).
Y es que lamentablemente Chile nunca ha destacado por sus innovaciones tecnológicas. Mientras que en historias como la de Jim West pueden mostrar a inventores norteamericanos como los artífices de todas las maravillas técnicas que llenan la historia, para 1899 Ortega tuvo que recurrir al deus ex máchina más lógico para la época: la llegada de un científico británico para el desarrollo de este poderoso descubrimiento.
Chile siempre ha sido un país monoexportador, por lo que más que el milagro de la Metahulla, el verdadero milagro del que nos habla 1899, es que los británicos no hayan terminado por monopolizar la extracción y uso de este mineral…
Mientras que en La Sombra de Fuego, tampoco nos podemos jactar de haber desarrollado milagrosas invenciones, sino que el deus ex máchina es, en esta ocasión, los caprichos de una niebla verde, tipo triángulo de las bermudas, que nos trae a un piloto nacional del futuro, en una maquina que ni siquiera construimos nosotros, sino que mandamos a hacer a otro país.
Y finalmente, la historia de Meier es, sin lugar a dudas, un gran ejercicio metafísico, de los que casi nunca se escriben. No esta ambientado ni en un país ni en una época en particular, sino en múltiples universos con tecnología victoriana y alquimistas recorriendo sus páginas. Lástima que el erudito de Sergio Meier hoy este muerto.
Por las razones expuestas es difícil que se sigan haciendo novelas así en nuestro país. Pero como siempre, si se tiene una buena historia que contar, cuya capacidad para interesar al lector vaya más o menos a la par con la coherencia del argumento, entonces ya nada más importa.
Así, llegamos a recorrer nuestro propio camino en el género, en el cual nos alejamos del más convencional al que estamos acostumbrados (el estilo yankee) y llegamos a libros como el 2° Tlon y otras alucinantes ucronías. Como todo en la ciencia ficción criolla, esto toma su propia forma y estilo, moldeado por el contexto de producción chileno, rico en otras cosas, como su historia y sus riquezas minerales.
Al final siempre surgen autores que sorprenden, y la revolución fantástica chilena aún tiene mucho que contar.


Artículos relacionados:

La Sombra de fuego, reseña de su servidor.

Ucronías desde el fin del mundo.

También publicado en:
http://www.ciencia-ficcion.com/varios/firmas/f20111218.htm

1 comentario:

  1. Hola, te agradezco que hayas publicado este blog sobre esta temática tan interesante como lo es el Steampunk, exponiendo casos chilenos que no sabía que existían y que me maravilla en verdad descubrir. No sé si en los ochos años que han pasado desde que publicaste esto hayan hecho más historias con estas características... espero que sí, porque me llama mucho la atención todo esto del steampunk y quiero aprender más.

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