Mi primer contacto con la obra lovecraftiana
fue ese guiño/referencia que incluyó Francisco Ortega en su exitosa 1899, con
las Montañas de la Locura
y Cthulhu. Como varias cosas de esa novela gráfica, tuve que googlear un poco
para descubrir el origen de ciertas referencias que en su minuto encontré
rebuscadas.
Primero Wikipedia, su biografía, sus libros,
datos curiosos que me ayudaran a recordarlo. Mi mayor afición es la ciencia
ficción, y la descripción de sus monstruos extraterrestres anteriores a la raza
humana fue lo que más me interesó.
Luego puse simplemente Lovecraft en el buscador,
y tuve la suerte de encontrar al final de la búsqueda un cuento narrado por el
argentino Alberto Laiseca, “El Extraño”. Hasta el minuto el que más me ha
gustado.
Ya conocido el currículum y obra de este
atormentado norteamericano, tuve la suerte de encontrar en el quiosco de la
esquina de mi colegio al trabajo de un dibujante nacional llamado Juan Vásquez:
Lovecraft en Comic.
Tres comics a seiscientos pesos cada uno que
fui leyendo y saboreando sus historias e imágenes. La Llamada del Cthulhu, parte
1 y 2, y luego Dagon.
Después en la FIC tuve la suerte de conocer a Juan Vásquez y
comprarle una edición “Especial de Platino” que me firmó y continuaba con la
adaptación de las delirantes y horrorosas pesadillas del caballero de
Providence al formato visual. Más una notable novedad: Historias originales de
los argumentistas, con el estilo de horror cósmico lovecraftiano adaptado a la
realidad chilena. La primera era un ritual Selknam, la segunda era un cuento,
un fanfic de alguien que supo reproducir bien el estilo narrativo de H.P. (No,
no estoy hablando de Harry Potter).
En el mismo lugar conocí a más personas que me
han ido guiando en este universo de horror cósmico en el que me voy sumergiendo
paulatinamente.
El Doctor, por ejemplo (no revelaré el verdadero
nombre de este amigo tras el cosplay), aprovechó de sugerir algo al señor Juan
Vásquez en lo que muchos estarán de acuerdo: ¿Qué tal si hacen historias de
Lovecraft adaptadas en Chile?
La edición Platino se le adelantó, pero
definitivamente aún hay muchas posibilidades si nos vamos por esta senda.
“Chile… tierra de locos. Pero,
¿qué más se podría esperar de los habitantes del último bastión de civilización
previo a las montañas de la locura? Un país ubicado ni más ni menos
que frente a la ciudad perdida de R’lyeh!
No es para menos entonces que el
delirio cósmico forme parte de nuestro diario vivir…”
(Citado del concurso de cuentos Kthulu Inc).
En el año de la narrativa gráfica chilena, en
que los distintos comiqueros hicieron notar su presencia en eventos como la
primera ComicCon y la FIC
la tendencia a tratar la obra de Lovecraft, maestro del horror, es clara y
comprensible.
Los trabajos de Vásquez, y de Villarroel
(guión), Aiquel y Luco (dibujo) con El Modelo Pickman son buenos ejemplos de
ello.
En esta última, con prólogo del legendario
Themo Lobos incluido, la adaptación a guión y a la realidad chilena, está bien
lograda. Que mejor acierto que ubicar la historia en un recóndito lugar de
Chiloé. El ambiente de magia, misterio y horror se conserva, eso si, con el
olor chilensis sumado a la fórmula.
Incluso en el séptimo arte chileno ya existen
proyectos con el trabajo de H.P. (No, tampoco estoy hablando de las
computadoras).
El mediático Rodrigo “Pera” Cuadra tiene en
este minuto en “stand by” un proyecto llamado “Fatídica misteriosa”. Su primer
film, basado en una adaptación de Lovecraft, será sobre un pueblo de pescadores
malditos y seres infernales que salen del mar. “Un pueblo chileno
abandonado, donde hay una extraña secta y ocurren misteriosos hechos
sobrenaturales”. Ya cuenta confirmada para el proyecto a la actriz María
Isabel Indo (“Chabe”).
Mientras que Jorge Olguín (Sangre eterna, Ángel
Negro, Solos), fundador del género del terror en el cine nacional se encuentra
filmando, amparado por Disney, su cuarto largometraje “Caleuche: El llamado del
Mar” que cuenta entre su elenco a Giselle Itié, la misma chica de “The
Expendables”.
En su próximo proyecto, que gira en torno al
mito chilote de El Caleuche, Lovecraft estará más presente aún. Y esto último
ya desde su título, El llamado del mar, una suerte de homenaje a una constante
de los relatos preternaturales del tímido señorito de Rhode Island. “Sin duda,
Lovecraft ha sido de gran influencia para el cine fantástico y de horror, pero
lo curioso es que cuando se ha tratado de llevar una de sus obras al cine, el
resultado siempre es bastante desalentador. Por algo se dice que es
‘inadaptable’. Y eso ocurre por una razón simple: en sus relatos, cuando
Lovecraft describe lo monstruoso y lo inexplicable, se limita a crear un esbozo
con sus sensaciones, pero nunca es explícito. Cuando uno construye una imagen
para la pantalla hay que crearla, y se le entrega al espectador una imagen ya
digerida. Por eso los mejores filmes que han captado la esencia de Lovecraft
han sido aquellos que han tomado su espíritu, más que una adaptación literal de
sus cuentos. Es lo que pretendo hacer ahora con El Caleuche” adelanta.
Según explica Olguín, quien como tantos otros
seguidores del padre de los modernos relatos de ultratumba suele andar siempre
vestido de negro, la película está íntegramente basada en la mitología chilota.
Y esto a pesar de que, durante la investigación sobre el tema, se fue
encontrando cada vez con mayores similitudes entre las leyendas del sur y la mitología
creada por Lovecraft, al punto de llegar a aventurar una hipótesis: “Como él
tuvo una gran fascinación por las mitologías y pasó casi toda su vida
estudiándolas para alimentar su universo, no sería nada de extraño que haya
sentido atracción por las historias de este alejado lugar del mundo”.
Por lo mismo Olguín asegura que El Caleuche: El
llamado del mar -que será una coproducción de carácter internacional- tendrá el
espíritu y las atmósferas de varios relatos de Lovecraft, como “El extraño”,
“El ceremonial” y “La sombra bajo Innsmouth”, a pesar de que la historia
radique en los mitos de Chiloé.
Un tercer proyecto vinculado al universo de
Lovecraft está a cargo del periodista y guionista Gilberto Villarroel, sí, el
mismo de “El Modelo Pickman” quien se apresta a debutar como realizador con dos
películas basadas en relatos del escritor. Con experiencia fílmica en el
mediometraje Chilean Gothic, del cual fue productor y guionista, Villarroel es
un antiguo seguidor del género que buscó retratar con “El modelo de Pickman”,
un cuento que leyó en 1992 y que desde entonces le atrajo como modelo de
adaptación.
“Lo que más me gusta de Lovecraft es su
capacidad de generar atmósferas y desafiar la racionalidad, alterando las leyes
naturales que sostienen nuestro concepto del orden. En sus obras él toca temas
y miedos universales, ancestrales, que pueden ser un buen punto de partida para
aterrizarlo en temáticas y perspectivas locales. En este sentido, “El modelo de
Pickman” es no sólo un buen cuento de terror sicológico sino además un muy buen
ensayo sobre el papel del artista y su capacidad para descubrir y mostrar
aspectos de la naturaleza humana que a lo mejor preferiríamos no ver”.
El entusiasmo de Villarroel obtuvo su
recompensa con Chilean Gothic, ya que el film incluso participó en el “H.P.
Lovecraft Film Festival” de Oregon (sí, existe uno), y su creador y director,
Andrew Migliore, la incluyó en el libro The lurker in the lobby. A guide to the
cinema of H.P. Lovecraft (Armitage Press, 2000), donde es reseñada como “una
excelente adaptación”.
Hacia delante, y gracias a un crédito Corfo,
Villarroel contempla la reescritura del guión y preproducción de su proyecto
fílmico Wedangütun, palabra mapuche
que él mismo tradujo libremente como ‘visión maligna’. Esta vez la ambientación
corresponde a una zona próxima o parecida a Ralco, y está basado en el cuento
“El color que cayó del cielo”, en el cual un meteorito cae en una zona donde se
construye una central hidroeléctrica. “El interior del meteorito contiene un color
que nadie conoce en la Tierra
y que provoca locura y muerte. Un corresponsal español intenta evitar que se
inaugure la central para que esta energía maligna no contamine todo el país”,
explica Villarroel, quien apenas concrete su primer largo como director,
retomará Dinosaurios en la cama, una adaptación libre del cuento “El Extraño”,
y que según advierte, “irá en la línea de los zombies”.
Paisajes únicos y desoladores, pueblos pequeños
y alejados de todo con sus sectas y brujos precolombinos y quizás previos al
hombre mismo, rodeados de mitología americana, siempre cerca del mar,
misterioso y profundo, con docenas de islas entre las que vaga un barco
fantasma, bajo él monstruos mitológicos, y más allá la Antártica …
No es de extrañar lo fácil que
resulta relacionar sus trabajos con nuestro país.
Con tanto material para trabajar,
yo me atrevería a afirmar, que si H.P.L. hubiese sido chileno, habría nacido en
Chiloé, sus padres (sin variar lo de manipuladores y aristocráticos) se habrían
creído españoles puros en lugar de británicos, y el resto de su obra… habría
sido exactamente la misma.
Howard estaría fascinado de haber
llegado a conocer nuestra tierra de locos.
Bibliografía:
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