viernes, 29 de enero de 2010

De vanidad a humildad

De vanidad a humildad


-¿Qué opinas, Álvaro?- Preguntó la señora Isidora sin quitar los ojos de su espejo.
-Pienso que gastamos innecesariamente el dinero en esa cirugía. Te veías bien antes.
-Corrección, es mi dinero, yo lo gasté y tú no aportaste nada
Ambos tenían razón. Sus ojeras ya no estaban, pero era un detalle que poco le importaba a su despreocupado esposo.
El señor Álvaro Berenguer trabajaba como profesor de informática, estuvo a punto de ser profesor de educación física, pero se casó y, para estudiar aquella carrera, tenía que mudarse, sumado a que su madre no tenía mucho dinero. Estudió lo que pudo costear y se esforzó. Tuvo su primer hijo, que ya estaba en la universidad y el otro empezaba el liceo. Ellos habían consumido gran parte de sus energías. Él era feliz con su vida, pero su esposa siempre quiso más. Ella era la jefa de tres locales de ópticas. Ganaba mucho más que su esposo. Se compró su propio auto y ahora estaba en una clínica, admirando lo que sería sólo el comienzo.
-Bueno, ya te operaste, ahora, vámonos- Le suplicó el esposo.
-¡Claro que no! Pienso estirarme un poco más la piel.
-No, Isidora... - Dijo con desánimo- Ya estas bien ¿qué mas quieres?
-Para ti, que te importa un rábano como te veas, pero a mí si me importa.

-Ya nadie me negara que no paso de los treinta- Habían pasado unos años y ahora se miraba en el espejo en su casa.
-No les parecerá extraño que estés casada con alguien de 50- Afirmó su esposo tirado en el sillón leyendo el diario.
-Bueno, les invento cualquier cosa.
Había adelgazado bastante, Álvaro le decía que estaba excesivamente flaca, pero ella estaba apegada a sus dietas y ejercicios. El refrigerador y varias paredes de la cocina tenían guías de alimentación y, en una extensión que hizo de la casa, instaló un mini gimnasio.
-Y ahora que me acuerdo, llame a Rodrigo para que instale un nuevo lavamanos que compré.
-No necesitamos uno, los que tenemos están bien.
-Este lavamanos tiene la forma de una concha, mañana vendrá a ponerlo.
-¡Es ridículo no lo necesitamos!
-Como se nota que no aprecias la calidad.
-Eres una consumista.
-No lo soy.
-El televisor estaba bien; pero ya le haz hecho de todo a la casa.

*
Álvaro volvía de casa de muy buen humor. Su esposa también. Dejó la cartera en el sofá y le dijo:
-Adivina qué ¡nos vamos a Marte!-
A Álvaro no le extrañaba el hecho de que fuera directa, lo demás lo dejo perplejo.
-¿Qué cosa?
-La Compañía fue comprada por una agencia rusa. y me quieren a mí para inaugurar ¡el primer local de ópticas...!
Álvaro se dio cuenta de que no bromeaba.
-¡Te volviste loca! No pienso dejar el planeta.
-Mi amor, será lo mejor. Todos los ricos se van.
-Métete en la cabeza de una vez por todas: ¡ No somos ricos!
-Podríamos serlo si tú quisieras. Mira, hay cada vez mas enfermedades. Solo el precio del agua está por las nubes, el clima es un desastre. Allá ni siquiera hay gérmenes y...
-¿Escuchas lo que dices? Hablas de dejar a todos los que conocemos. Dejar toda una vida para que ganes más plata.
-Mira, yo pasé veinte años de mi vida dedicándolos a mis hijos y ahora que son independientes, quiero aprovecharla y hacer de la mía lo que ¡yo!-se señaló así misma- quiero.
-Pero… ¿Y lo que yo quiero?
-Será lo mejor, créeme. Estaremos mucho mejor allá. Es una oportunidad única, solo a unos pocos les están ofreciendo esto a tal precio. Será una de las pocas empresas funcionando, el lujo está asegurado.
-¿Has leído los diarios? Toda la gente que envían allá son experimentos, no civiles
-Si de verdad los lees, deberías saber que todo eso del cambio climático va a empeorar, viene una catástrofe y créeme, prefiero ser parte de ese experimento, me han dado la oportunidad de mi vida y necesito que vengas conmigo. ¡Por favor!- Lo miró a los ojos con todo el cariño que pudo.
-Bien-Respondió Álvaro al cabo de un rato-... ¿Que le digo a nuestros hijos? ¿Podrán venir?
-Ya hice cálculos. Habrá que vender la casa para que puedas ir, pero me temo que ellos no podrán venir- Sólo aquí su ánimo se apaciguó.
-No hace falta, dirán que no- Denotó cierto orgullo en la voz, orgullo de que sus hijos se parecieran a él al querer cosas tan simples, como lo que ya tenían- Hoy me recibí de magíster, luego de estudiar administración tantos años... Hubiera sido el director del liceo.
-Más razones para que te dejen venir conmigo. Un director nunca sobra- Le sugirió, alentándolo al viaje
-¿Serías capaz de dejarlos aquí? ¿No dices que el planeta se pondrá peor?
-Hay un plan para traer a refugiados ecológicos cuando así sean las cosas, les aparte un lugar en la lista- concluyó.
*

-¡Como las voy a extrañar chiquillas!- Ya iban al menos veinte abrazos que daba a sus amigas. Estas y varios de sus parientes ayudaban a subir el equipaje a su auto.
-¿Dónde están las llaves? No las encuentro- Dijo Álvaro con desanimo. Surgió de la casa con las últimas maletas.
-Creo que están en la cocina- Gritó cuando logró apartar la cabeza de todas las amigas que se despedían.
Entró a la casa y fue hasta donde había dicho. La nostalgia se apoderó de él Dio un lento vistazo a la sala de estar. No había nada. Se asomó a la salida, cerró la puerta y no volvió a ver la casa.

"Despegaremos en 60 segundos, por favor no se mueva de sus asientos". Se oyó decir por un parlante.
-Prácticamente me amarraron a este asiento-dijo Álvaro.
Se sentía como un secuestrado, a todos los ayudaron a ponerse sus complejos cinturones. La nave era similar a los viejos transbordadores. Estaba en una lanzadera en Japón. Algunas semanas después, tomaron muchas clases que los instruyeron en cómo seria el viaje. El lugar estaba lleno de empresarios y personas de negocios de todas partes del mundo. Sobre todo asiáticos
-¿No te sientes como en una película? Viajaremos al espacio- Le dijo su esposa con una sonrisa de oreja a oreja.
-Seleccionaron lo mejor de lo mejor de todas partes del mundo… pobre mundo se destruirá sin ellos.
-No digas eso, oye este folleto es muy interesante- Se lo mostró acercándoselo todo lo que pudo- Rusia y China tenían un convenio para enviar naves a Marte desde principios del siglo, aparecen varios detalles de eso...
-Sí y que Japón tenía su propio plan espacial para hacer viajes turísticos a la luna para la década del 2030, o sea, ahora y se aliaron Rusia y China para complementar.
-También explican por qué no usan los cohetes rusos desde la tierra.
-Porque los propulsores termonucleares desintegrarían la atmósfera.
-Sí y por eso le pidieron ayuda a los japoneses para usarlos en el espacio, pero en verdad el viaje no dura más de un día.
"Permanezcan quietos por favor, despegaremos en 10... 9... 8..."
-Te agradezco tanto que vengas conmigo.
"3... 2... 1..."
Sintieron que el mundo los aplastaba por un segundo.
La nave aterrizó en la luna, cuando lo hacía se apreciaban todas las bases que se estaban construyendo en la superficie lunar.
En una de ellas, dividieron a los pasajeros de las naves en grupos. El de Álvaro e Isidora fue dirigido por un hombre chino (confirmó cuando le preguntaron) les explicó lo que pasaría una vez allí con unas diapositivas:
-La base central es estadounidense, todo lo demás es de Japón y algunas construidas con ayuda de China y Rusia. Se han construido muchas estructuras, la mayoría subterráneas para protegernos de los meteoritos-. En la diapositiva un gigantesco cilindro orbitaba la luna- Allí es donde irán en una nave más pequeña, los propulsores primarios que son los de combustible normal impulsarán a la nave alrededor de la luna y luego de un par de vueltas orbitando, un pequeño empujón de los propulsores los sacará de la orbita y los lanzará a Marte. Cuando estén lo suficientemente lejos se activan los propulsores termonucleares y llegan a una estación que orbita Marte y un detalle: originalmente también era una nave. Después en más naves japonesas descienden a la superficie a nuestra base. ¿Preguntas?

El polo norte marciano estaba completamente fundido por acción humana, Marte fue dotado de mares y oxigeno. Antes que esto cubriera todo el planeta, hubo gente que se vio confinada en algunas bases por algún tiempo, al volverse abiertas al exterior, rápidamente, los terrícolas se expandieron por aquel mundo.
Los años pasaron, Álvaro añoraba la Tierra, pero se creó una rutina en que ignorara todo el cambio, con tal de tener tiempo de hacer lo que más le gustaba: simplemente, algunas horas para descansar. Mientras que Isidora parecía cada vez más obsesionada. Ella se sometía a docenas de cirugías y tratamientos, cada vez más joven de espíritu y cuerpo, mientras que Álvaro sólo envejecía frente al televisor, de mala gana la seguía a cada operación o viaje de negocios alrededor del planeta. En cuanto la veía voltear del espejo con esa aterradora sonrisa de satisfacción Álvaro solo decía:
-No es natural.
*
- ...Créanme alumnos que cuando llegue este planeta estaba lleno de chinos, parecían marcianos de verdad- hubo unas leves risas- luego fueron los africanos y todos los latinos los que vinieron en busca de un paraíso y lo encontraron. Países bélicos están desiertos, de todas maneras, ahora tenemos la energía de fusión del tritio, y se vendió un reactor a estas naciones. Estados Unidos, por supuesto, que se entrometió un buen rato, pero al final, todos quedamos felices. Con las nuevas naves que hay ahora, los viajes son mucho mas rápidos y la energía es gratuita, claro que la tierra no ha sido lo mismo desde que el clima... bueno cada uno tiene una historia para eso, por eso están aquí.
-Hay personas que prefieren construirse refugios artificiales en la tierra completamente sellados si es necesario, con tal de no dejar el planeta. Yo lo hubiera hecho. El precio de todo baja cada día mas, pero para los que optan por Marte, eligieron bien. Aquí es como los territorios de la Antártica. No hay limites territoriales solo bases, cada país con una. En varios casos mixtas, en pocas palabras: ¡Bienvenidos a Marte!

Los nuevos siempre llegaban con botas para la gravedad. Con el tiempo las dejaban y su salud mejoraba, pero los dejaba confinados a la gravedad marciana, Álvaro no iba a ningún lado sin ellas, aunque eso significara que envejeciera más rápido que los demás.
La universidad era parte de lo que antes era una enorme cúpula que cubría toda la base, cuando se destruyó, se construyó el resto de la ciudad con la energía de fusión. La estructura pasó a ser el centro de una Metrópolis y los centros de control eran laboratorios y, a nivel planetario, Senados. A donde quiera que mirara bajaban más rayos del cielo al planeta y, a lo lejos, las infinitas construcciones de nuevas ciudades, parques, edificios...

Álvaro a esas alturas usaba un bastón, por más que le decían que mejor dejara las botas, seguía con ellas. El pelo que le quedaba estaba canoso y su físico algo descuidado.
En su casa su esposa, como siempre, pegada al espejo. Las arrugas ya eran imposibles de ocultar y lo más curioso:
-Te hiciste otra cirugía y ni siquiera me avisaste.
-Quería ahorrarme todo el drama que armas.
-¡Esto ya es el colmo! Si te acercas de nuevo a otra clínica te juro que... !
-¿Qué? Me pegarás -Lanzó con su típica indiferencia- Mejor ayuda. Me estoy volviendo vieja.
-¡Qué importa que te pongas vieja! A mí no me importa, a ti tampoco te debería importar. Que más quieres. Tienes salud, un gran sueldo, una gran casa. ¡Lo tienes todo! Y esta obsesión de la edad…
-Que no te importa lo que yo quiero
-¡A ti no te importo yo! Yo no quería dejar la Tierra. Yo no quería nada de esto y yo te quiero tal como estés. Sabes todo lo que he tenido que sacrificar para seguirte como tu lacayo a todas las partes que vayas.
-Yo no estoy vieja... ¡No como tú!- Agarró su bolso y se fue

-No se qué hacer, Rodríguez- Dijo al cantinero.
-Comienza por sacarte esas botas.
-No es eso. Ya no sé qué hacer con Isidoro. De algún modo quiero que sea feliz, pero ya se pasó de la raya.
-A tratado de juntarla con viejas gordas y feas de su edad y que se vean peor para...
-Lo he intentado todo y ella dice que "yo no me comparo con los que están abajo" Ridículo.
-¿Qué edad tiene, de todos modos?
-Si te lo digo me mata.
-La misma que tú ¿verdad?
-...Dime qué hago.
-¿Qué es lo que te preocupa?
-No lo sé, solo que... por alguna razón siempre buscamos el opuesto de nosotros, no te has fijado.
-Y son tan opuestos que a estas alturas, ya no la aguantas.
-¡Exacto! ¿Qué hago?
-Si ya no la quieres, ya no hay nada qué hacer- Le sirvió otro vaso- Pero si encuentras el motivo, aunque sea el más tonto, siempre que te deje con el insoportable remordimiento que te provocaría el divorcio, no te rindas... Es la primera vez que viene verdad.
-Prefiero desahogarme con un extraño.

Álvaro estaba derrumbado en el sofá, sosteniendo un plato alemán de la vez que visitó Europa con su esposa, antes que dejaran la tierra. Isidora entro en silencio.
-Aún me acuerdo cuando tú me tironeabas del sofá para que me levantara a separar a los niños cuando peleaban, o para que sea útil, por qué, ya no.
-Porque... te veo viejo... y... que te hace falta descansar.
-Porque ya perdiste la esperanza conmigo, Todo está reemplazado con la obsesión que tienes contigo misma.
-...Estaba pensando en dejar todos estos tratamientos sabes. Pero conocí a un experto en genética. Deberías hablar con él, se llama Ramos...
-Mira, lo que tú te quieras hacer, hazlo, si es que es lo que quieres.
-¿Recuerdas cuando jugaba voleibol?- Dijo Álvaro de repente- Y cuando ganaba, bailábamos toda la noche y despertábamos juntos donde menos lo esperábamos.
-Si... era divertido y aun así en el fondo te veía con más entusiasmo de una vida sedentaria.
-Hice tanto ejercicio en mi juventud que luego de casarme, descubrí que solo anhelaba una vida mas… quieta
-Creo que una vez dijiste que pensabas en volver a hacer ejercicio luego de graduarte en Magíster
-Si, pero vinimos acá, de todas formas lo dejé, luego de unos meses, si estoy viejo lo estoy y punto… háblame de ese Ramos
-Es un loco, pero es un genio. Aunque no lo creas él me ofrece… -buscaba un papel en su bolso, pero dejó caer docenas de frascos y remedios.
-¿Para qué son?
-Me he sentido un poco resfriada- Álvaro la ayudo a recogerlos.
-Nada de esto te lo prescribieron, que yo recuerde.
-Sí, lo hicieron.
-Dónde esta el papel.
-…el… lo tengo en otra parte- agarró los remedios que pudo y se dirigió al baño.
Cerró con llave, pero el seguro estaba flojo y Álvaro sabía como abrirlo, cuando entró la sorprendió administrándose inyecciones
-¿Qué son?
-Tu ya sabes, un medicamento para la circulación, también ayuda un poco a la fuerza muscular
-Ese está aquí- Descubrió el medicamento bajo una toalla en la bañera, aquella mañana lo rompió por error y lo ocultó allí
-Este lo acabo de comprar…
-¡Estas tomando drogas!
-¡Cómo se te ocurre que yo…!
-¿Qué son? ¿alucinógenos, para sentirte joven?
-¡Puedo verme bien por fuera, pero por dentro me siento... me siento…!
-Esto es ridículo, tienes que ir con un médico, con un siquiatra, lo que sea, pero no estás bien, no puedes tomar drogas, entiende que algún día tienes que envejecer ¡no puedes cambiarlo, es parte de la vida!- Cuando le dijo esto ella ya había salido.
- …si vieras a lo que has llegado- ahora se daba cuenta de que su corazón latía como loco.
El dolor en su pecho se volvió insoportable, sin darse cuenta apenas podía caminar, se dirigió a un sillón, pero se dejó caer en el pasillo, justo sobre un papel que dejó caer Isidora de su bolso, lo agarró y luego recordó que tenia un computador holográfico en su bolsillo, llamó a una ambulancia y mientras esperaba pensó: siempre fue bueno con los aparatos electrónicos, pero todos ellos MP4, pendrives, celulares, Iphone y demás fueron reemplazados por ese tubo que cabía en el bolsillo de cualquiera y proyectaba una imagen con la que se podían hacer tantas cosas, antes que existieran, él fue quien les enseñó a sus hijos a manipularlos, lo que lo llevó a pensar, antes de quedar inconciente, “al menos fui un buen padre, Isidora y yo siempre les dijimos que las drogas eran malas, ella lo decía con tanta firmeza como suele hacerlo Mírenla ahora…”

La ambulancia no tardó en llegar, le administraron una dosis de células madre para recuperar el tejido dañado. El doctor le explicó que sus problemas cardíacos fueron desencadenados por el estrés y emociones fuertes, entre otras cosas, sin embargo no tenia por qué llamar una ambulancia, como todas las personas registradas en Marte se le inyectaba en el torrente sanguíneo un grupo de chips y nanobots para detectar patologías como esa y avisar a una ambulancia u hospital. A veces él olvidaba lo lejos que ha llegado la ciencia. Le contó los problemas con su esposa y le pasó el papel que ella le quería mostrar
- ¡Ramos! Este es el genetista con más querellas en el planeta. Se le acusa de haber sometido por la fuerza a personas con ciertas características y desórdenes genéticos para sus experimentos, entre otras cosas.
-El doctor Frankestein.
-Frankenstein usaba muertos Álvaro, ya sabes que la genética no ha prosperado mucho en las ultimas décadas con tantas leyes que se les han impuesto, Ramos ha trabajado en experimentos, aunque negligentes, con un gran éxito, la perfección genética es lo que el se propone.
“Mira hay varias terapias para ayudar a gente enferma, anular síndromes, patologías y desordenes en el ADN, pero en enfermedades como la Porfiria, un virus que hace a los niños envejecer hasta llegar a ancianos y morir cuando deberían estar en su pubertad…”
-Algo leí en el diario
-Se trabajó en experimentos para eliminar la vejez y aunque en teoría si se puede, por ley es una condición que se debe eliminar una vez que la patología ha sido eliminada.
-La inmortalidad.
-Los efectos psicológicos y morales que eso tuvo en la población dieron con la creación de esta norma: la clonación, longevidad y perfeccionamiento de habilidades humanas por medio de la ciencia o cualquier otro método está prohibida justamente por eso.
-Como decía en el diario: “El paraíso esta a la vuelta de la esquina”
-Las investigaciones genéticas ya están prácticamente cerradas. Son pocas las enfermedades que todavía no se eliminan, con células madre, alteración del genoma por medio de enzimas, tratamientos de radiación electromagnética…
-Pero podemos ser inmortales si queremos.
-Si me lo preguntas, a la larga lo aprobará la ley, siempre ha sido así, los grupos opositores nunca duran mucho.
-Pero este Ramos… dudo que Isidora espere.
-Ramos tampoco. Hay rumores de que continúa con estos experimentos. Hay docenas de empresas privadas que lo apoyan. Él recoge enfermos de la calle y les ofrece convertirlos en “seres superiores”. Se cree que está formando un grupo, una asociación que se opone a la ley de la genética, mira el poder que está cobrando es casi como…
-Una secta, por qué, aún no lo detienen.
-Son precisamente las empresas quienes lo protegen.
-Isidora… me equivoque… ¿en que te has metido?

Tenía los papeles del cardiograma que le hicieron, existía tratamiento, pero a esas alturas él dudaba en aplicárselo, de todos modos no paraba de pensar en si Isidora hubiera sido capaz de cumplir aquella obsesión, él la conocía y sabia que sí, pero aun así buscaba cualquier otra posibilidad que lo contradijese, derrumbado en su sofá, deprimido y meditando, escuchó los inconfundibles tacones de su esposa acercarse a la puerta. Tenía miedo de abrir. Ella lo hizo sin tocar el timbre…
-… ¡Mírame!- fue lo único que dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
El traje que llevaba era de oficina como siempre, no aparentaba mas de 25 años, se sacó los tacones e incluso elongo, mientras vociferaba lo feliz que se sentía, un sueño hecho realidad, no se había sentido tan bien en años, era la persona mas feliz del mundo… para Álvaro las palabras se desvanecían en sus oídos, aun no podía creer lo que estaba viendo. Isidoro, al intentar levantar a su asombrado esposo del sillón, lo miró al rostro, tenía arrugas, poco cabello, estaba cansado, eran personas completamente distintas Hubo una larga pausa, ya no sabía lo que quería.
-Sabes, mi corazón tiene problemas- fue lo único que dijo y le pasó el cardiograma .

Luego de unos meses Isidora envejeció extraordinariamente rápido, ahora ambos se veían de la misma edad, era algo que ella perfectamente pudo haber evitado si continuaba con el tratamiento al que la sometía Ramos. Al final, ambos terminaron en una clínica en camas contiguas, vendieron su casa y todo lo que tenían para poder pagarle a Ramos, pero una simple sonrisa entre los dos les bastó para vivir.


Este cuento pertenece a la época en que escribí la saga de cuentos que esta en Gratis webb, lo único que hice fue revisar la ortografía (honor que debo dar al gran Rolando Rojo) lo escribí pensando en la Dimención Desconocida, esa era la idea del final, espero que lo aprecien.

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