Lejos, mi película argentina
favorita (me atrevería a decir que me gustó más que la ochentera Hombre mirando
al sudeste). A mi juicio, esta debió ganar el Óscar, pero bueno. Creo que las circunstancias
en que la vi hicieron que enganchara mucho más.
Fue en el mes de febrero en Buenos
Aires, junto a mi novia. Era nuestro primer viaje a Argentina, qué mejor lugar
para ver la obra maestra de Damián Szifron. Fue justo el día de la marcha por
Nisman, como estaba lloviendo, no se nos ocurrió nada mejor que ir al cine, en
el barrio Recoleta. Tuvimos suerte, el film llevaba meses en cartelera, pero
todavía lo estaban dando.
La primera escena, de por sí nos
trasladaba a un ambiente muy familiar: una mochila con ruedas siendo arrastrada
en un aeropuerto (en un primer plano que me recordó mucho a la primera escena
de la chilena Post Mortem). Ya llevábamos algunos días en la ciudad, pero tras
una escala de cinco horas en Mendoza, todavía
teníamos muy presente el sabor a aeropuerto en la boca.