sábado, 6 de junio de 2015

Abajo el Costanera!



Sólo lleva tres años en pie, y ni siquiera está listo su mirador, pero el Costanera Center ya se ha convertido en todo un icono de la ciudad de Santiago. Se dijo en sus inicios que la congestión haría colapsar a Providencia, temor que resultó exagerado. Se dijo que mataría el comercio minorista del sector, que su estructura era fea y su imagen de mal gusto (algunos lo llamaban "el choclo" antes de que se revistiera de cristal). 
Lo cierto es, que la torre de Herr Paulman es quizás la manifestación más concreta de los logros y la penetración del neoliberalismo en Chile. La torre más alta de hiberoamérica, y en un país donde los terremotos no permiten construir cosas muy altas eso resalta mucho más. Aunque sea un mall bastante concurrido por los santiaguinos, las críticas persisten. Son muchos los que parecieran querer ver destruida la Torre Gran Costanera Center. Y esto ya ha sido reflejado por el mundo audiovisual en más de una oportunidad:

La Torre de Mordor

Bajo este creativo photoshop, nuestro querido Herr Paulman pasaría a ser Saurón. ¿Una crítica al libre mercado, o sólo mucho fanatismo por El señor de los Anillos?



Lluscuma

El booktrailer de la novela de Jorge Baradit, cortesía de Inti Carrizo-Ortiz, nos muestra cómo un atentado vino a remover los simientos mismos del capitalismo y del inconsciente colectivo chileno... Nahual se llama el vídeo, con música de Fernando Milagros.


Héroes, o el asilo contra la opresión

En esta comedia de Fabrizio Copano, producto de la incompetencia de los seniles cerebros de la ONEMI, la Gran Torre Costanera Center se viene completamente abajo. Michelle Bachelet opta por decir "paso" cuando le preguntan por el tema.


Súper M

Una súper mamá, que por amor a su hijo, que anhela tener una mejor visión del paisaje desde su casa (la vista es completamente tapada por la torre), decide usar una bazooka para cumplir el deseo de su hijo. Con efectos especiales de primera calidad, este cortometraje no pasaría desapercibido.  



Pareciera haber algo en el inconsciente colectivo de los capitalinos (o por lo menos de los cineastas) que anhela ver en ruinas esta enorme torre. Casi como si todas las frustraciones, problemas, y desaprobación por el sistema se vieran reflejadas en esa estructura de cristal y metal. La caída del Costanera Center, como una metáfora de la caída del capitalismo. Anhelamos un 9/11 yankee en nuestras tierras, frente al metro Tobalaba. Que los terroristas estrellen sus aviones contra el Costanera. Es una posible explicación, o quizás simplemente sea que los santiaguinos, tan acostumbrados a los edificios chicos, odian las torres altas. 
En lo personal, debo decir que me gusta bastante esta torre, así como el Mall a sus pies. Confío en que, una vez que esté abierto el mirador de la azotea, cambie la percepción de este complejo. ¿Quién no apreciará una panorámica tan privilegiada de la ciudad? Mejor que la del San Cristobal, que se eleva incluso por sobre la capa de smog. Somos los chilenos queriendo salir de nuestro agujero para tocar el cielo. Porque no tenemos nada, lo queremos todo, dijeron por ahí. 

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