domingo, 26 de diciembre de 2010

Una historia de Ucronía


Iósif Vissariónovich Koroliov, Científico, físico, químico, matemático, filósofo, político y dictador nació el siete de mayo de 1945, el mismo día del fin de la segunda guerra mundial (dato que el mismo gustaba de resaltar en varias de sus biografías) en Gromm, un pueblo de Ucrania.
Es considerado por muchos el genio científico más grande de la humanidad, algunos afirman que superior a Einstein e incluso Newton, una multitud de descubrimientos científicos, trabajos, inventos y estudios adelantados a su época desfilan entre los logros de este genio, no obstante también es recordado como uno de los dictadores y megalómanos más grandes cuya vida tuvo un trágico fin para una etapa en la que la megalomanía, la paranoia y la locura lo pusieron al borde de ejecutar planes que atentaban contra todo su pueblo e incluso la raza humana.

Nació en un pequeño pueblo en una época en que este se recuperaba de las secuelas de la guerra. Sus padres fueron un par de campesinos humildes. Su modesta casa se ubicaba cerca de la única biblioteca del pueblo, en la cual comenzó a demostrar un intelecto superior al de un niño promedio.
La bibliotecaria siempre habló con respeto del niño, pero también lo describió como un joven callado y frío que a ratos lograba intimidarla “Era difícil creer que sólo tuviera seis años una vez que lo escuchabas hablar de poder” llegó a afirmar. Efectivamente, según varios concuerdan, el primer libro que leyó fue uno de Fiedrich Nietzsche titulado “La voluntad del poder” que tendría repercusiones para toda su vida.
Era un joven retraído y ensimismado en sus propios pensamientos. En la escuela se aburría y los demás niños no jugaban con él por sentirse intimidados ante su rapidez mental e inteligencia, pero también su mal humor, se tiene registro de al menos dos peleas que luchó contra sus compañeros. Según todos recuerdan, odiaba perder y por más fuerte que fuera su contrincante nunca se rendía hasta haberlo vencido. Cosa que finalmente lograba no solo por su resistencia ante el dolor, sino que se valía de su rapidez en actuar, como atacar puntos que calculaba ya estaban vulnerables o improvisar algún arma en medio del enfrentamiento, ya fueran piedras o sólo algún palo para hacer tropezar al oponente. Esta actitud de nunca rendirse la llevaba a cabo en cada actividad que desarrollaba, todo lo que se proponía lo conseguía, lo que despertó aún más los resquemores de sus coetáneos. No toleraba los segundos lugares, si se le ofrecía un premio de consuelo (Cosa que sólo ocurrió una vez) lo rechazaba. Para él era todo o nada.
Dedicaba todo su tiempo a la construcción de inventos con herramientas de su padre, a veces muebles simples, pero útiles, y con el tiempo fueron inventos cada vez más complejos, al igual que sus experimentos que comenzó a realizar en base a los libros que leía. Llegó a instalar en su casa un molino de viento en el techo con un ratón que hacía girar el aspa desde su rueda cuando no hacía viento. Una brújula, un telescopio, una ballesta, entre otros, figuraron entre sus creaciones, además de un enorme títere lleno de engranes y articulaciones accionados por poleas simples que le permitían ejecutar varios movimientos, “El Hombre Máquina” lo llamó él. Llegó a construir un motor de combustión interna, pero nunca lo pudo terminar, entre otras cosas por falta de elementos necesarios.
Ya con nueve años había leído cada libro de la biblioteca y demostraba un conocimiento de ciencias físicas digno de un doctorado. Construyó la primera emisora de radio del pueblo, la cual le sirvió para contactarse con barcos que surcaban el Mediterráneo. A la vista de esto, el gobierno soviético, que ya se había consolidado en aquella región, le ofreció educación gratuita propia de un niño superdotado para lo cual debía abandonar su pueblo natal, cosa que no dudo en hacer. No obstante más adelante demostraría nunca haber olvidado totalmente a su pueblo natal. A sus padres nunca más los volvió a ver, su padre murió de tuberculosis cuando él tenía dieciséis y su madre de polio un par de años después.
En cuanto partió comenzó a explotar sus talentos.
A los doce años sacó su primera patente, por el Sistema duotrónico de localización láser; Otros inventos suyos fueron una Pistola de plasma con mira láser, Un Generador de tormentas, una Máquina de lavado de cerebro, aviones súper veloces y cerebros positrónicos para computadoras. Era toda una autoridad en la universidad donde estudió, terminó de doctorarse en física nuclear, termodinámica, electricidad y mecánica en un tiempo record. Durante el trayecto contribuyó al desarrollo de la bomba de hidrógeno y del programa espacial de la Unión Soviética, siendo condecorado en múltiples ocasiones por sus aportes. Se dice que en cada uno de ellos lo invadía una sensación de decepción al final de cada ceremonia, pues según él ni los logros ni sus recompensas lo “Llenaban”. Para él nada era suficiente.
Ya terminados sus estudios y convertido en una leyenda de la ciencia en Europa del Este se metió en la política. Aunque su formación y estudios fueron netamente científicos demostró también un basto conocimiento de leyes, humanidades y filosofía,
“Era un erudito impresionante, su formación como político fue, como todo en su vida, totalmente autodidacta” llegarían a afirmar sus colegas más cercanos.
La ambición de Koroliov siempre fue grande. Poco a poco fue escalando hasta lo más alto del país regido por el bloque soviético, llegó a encargarse de tres ministerios simultáneamente y a ser considerado el “Hombre Fuerte” del presidente. Muchos afirmarían que en la práctica él era la máxima autoridad del país comunista.
Fue bajo su guía que comenzó la industrialización de la nación, trajo tecnología de punta para las defensas y las fuerzas armadas, algunas eran innovaciones de su propia invención. Pero también mostró una curiosa obsesión por el pueblo en donde nació.
Acostumbraba viajar a su pueblo natal una vez al año, pero nunca se le veía en público. Los pueblerinos lo recordaban con cariño, como el niño más inteligente del mundo y uno de los héroes de su país, quien había provenido precisamente de aquel humilde lugar. Primeramente construyó lo que parecía ser una mansión, pero al terminarla se mostró como una enorme fortaleza en forma de romboide, imponente, de cuatro paredes lisas y uniformes y enteramente metálica. Parecía hecha de una sola pieza. Compró el castillo del barón del pueblo fallecido hace no mucho y lo amplió, construyó una central hidroeléctrica en el río que atravesaba el pueblo, tomó el control de hectáreas enteras de terreno baldío, dentro y alrededor del pueblo y lo más sorpresivo: Construyó una central nuclear.
Al mismo tiempo, Koroliov llegó a ocupar altos cargos que lo llevaron hasta Moscú y a convertirse en un hombre tan poderoso no muy lejos del mismísimo Gorbachov, pero al caer la Unión Soviética Koroliov perdió todo el poder que llegó a ostentar, excepto su fortuna: trasladó todo lo que tenía hacia su pueblo que a esas alturas ya era su reino privado.
Como ministro defensa, colaboró en la misteriosa desaparición de tres ojivas nucleares, lo que significó el inicio de las investigaciones hacia sus actividades.
Ante la apertura hacia el capitalismo, inmediatamente se inició en una empresa privada de armas y tecnología genética que terminaría convirtiéndose en una de de las multinacionales más poderosas del mundo, no obstante pronto perdió el interés en el proyecto, el cuál dejo en manos de sus socios para auto recluirse en Cromm.
Su país se enfrentó a una dura guerra civil que duró cuatro años como consecuencia de la caída del comunismo. La nación terminó partida en dos con una frontera que se trasladaba cada día. Así, el pueblo de Cromm se vio amenazado por la constante amenaza de las tropas subversivas lo que justificó que Koroliov, en ese entonces la máxima autoridad del lugar, iniciara el cercado total del pueblo con un impenetrable muro que abarcaba un territorio mucho mayor al que le correspondía al pueblo.
Todos concuerdan que allí comenzó la pesadilla para los crommianos.
Fueron muchos los ex dirigentes soviéticos que se refugiaron en Cromm, especialmente hombres de la Alemania Oriental. Según se sabía, Koroliov presentaba una extraña obsesión con los alemanes y el régimen Nazi, decía admirar el ímpetu e ingenio de aquella raza, afirmaciones que significaron el inicio de las especulaciones del régimen que se mantenía tras los muros.
En 1997 liberó unas vídeos donde mostraba la vida en el interior del pueblo donde se mostraba un lugar totalmente industrializado, calles pavimentadas y cómodas casas, cada una autosostenible pues contaban con un panel solar en el techo y un molino de viento en el jardín, decían ser un régimen de colectivización heredero del soviético, pero cuya poblaciones gozaba de todas las libertades que este no garantizó y vivía de una manera próspera y feliz.
¿Y Koroliov? El, junto a los demás políticos refugiados ejercían este ejemplar gobierno totalmente autónomo que no necesitaba de ningún tipo de intervención ni ayuda externa para subsistir, pues su hijo pródigo había pensado en todo cuando se trasladó a aquel pueblo y lo modernizó para que fuera totalmente autónomo.

Se sabía que Koroliov había mandado construir una pista de aterrizaje sumamente amplia, pero fotos satelitales demostraron que se construía algo más: Una lanzadera espacial.
Al poco tiempo de hecho este descubrimiento se lanzó un cohete al espacio proveniente de esta lanzadera. El mundo se puso alerta temiendo que almacenara alguna de las ojivas nucleares, pero el contenido de la cápsula era algo distinto: Un satélite.
Era un diseño totalmente distinto al conocido, hecho por el mismísimo Koroliov, sus reflectores curiosamente apuntaban hacia el espacio y no hacia la tierra, cuando se le exigieron explicaciones el vocero de Cromm sólo dijo: “Es para prevenir la llegada de asteroides, pues según estudios de nuestro Líder uno impactará la Tierra en el año 2036”. Muchos científicos lo contradijeron diciendo que estaba comprobado que no sería así, pero era muy conocido que Koroliov como científico tenía un enorme complejo de superioridad y nunca escuchaba a una voz que no fuera la suya. Según él, cualquier otro cálculo distinto al suyo estaba equivocado, por lo que era posible que no sólo ese, sino otros asteroides también estuvieran en una órbita peligrosa. Tenía que proteger a su pueblo de cualquier amenaza.
El instrumento también resultó ser un satélite de comunicaciones, eran muchas las funciones que podía realizar aquel aparato, así Cromm se mostró como un enclave absolutamente autónomo.

Si bien lo cerrado del recinto hubiera estimulado a una visita externa, los contactos de Koroliov y su enorme influencia en el gobierno lograron evitar cualquier visita aún a pesar de la presión internacional. Absolutamente nadie había entrado o salido del lugar en veinte años y lo único que se conocía de este eran los vídeos.
Si bien se sabía que Cromm contaba con granjas, industrias, minas, materias primas y el enorme ingenio de Koroliov los expertos aún no lograban explicarse cómo seguía en funcionamiento la central nuclear, puesto que no se sabía cómo obtenían el uranio necesario.
Los temores a que mantuvieran contactos secretos con terroristas fueron sustituidos ante una realidad mucho mayor: En octubre de 2009 un misil fue lanzado desde el segundo satélite de Cromm, enviado al espacio hace sólo unos meses y aparentemente también de comunicaciones. El proyectil no impactó ningún blanco habitado, sino en el océano pacífico, en una franja de fuerte actividad tectónica.
Los efectos fueron inmediatos: Un poderoso volcán erupcionó en el cráter en el mar lo que significó el surgimientos de una nueva isla de la lava. Si bien era un proceso común en la naturaleza y se suponía que la isla se concretaría una vez que la lava se solidificara unas extrañas cargas químicas caídas de otro objeto del espacio (También de Koroliov, aún no se sabe en qué momento lo puso en órbita) crearon un extraño efecto en el material que se solidificó prontamente. Luego de eso un barco portaaviones llegó con miles de hombres y maquinarias que comenzaron a sembrar plantas y vegetación en la isla.
Las explicaciones que dio Cromm fueron increíbles: Buscaban crear una isla totalmente nueva a donde trasladarían a toda la población del reino de Koroliov. Miles de personas iban a ser reubicadas a este nuevo paraíso tropical surgido del magma.
¿Cómo trasladar a una población estimada de tres mil personas?
Koroliov de seguro ya estaría trabajando en eso.
La presión internacional se acrecentó, en especial luego de que unas fotografías del satélite mostraran a un niño harapiento y delgadísimo de unos nueve años de edad haciendo guardia con un rifle en los bordes del muro.
Por más explicaciones que se le exigieron a Koroliov, y exigencias de que este diera la cara, no se sabía nada de él. Se suponía que aún trabajaba en sus investigaciones, junto con su gobierno, pero nadie lo había visto en años. El morbo y la presión aumentaban cada día.
Para 2010, durante el escándalo de WikiLeaks, una de las informaciones desclasificadas describía, según palabras de un agente norteamericano, a Koroliov como “The crazy guy of the germans” lo que aumentaron las sospechas de que dentro se llevaba a cabo una suerte de secta nazi.
Finalmente, el gobierno de su país autorizó al ejército tomar cartas en el asunto y usar sus tropas para penetrar el muro, pero al hacerlo se enfrentaron a una tenaz resistencia.
Al enviar sólo un tanque para intentar romper el muro este fue recibido por el bombardeo simultáneo de tres tanques que lo estaban esperando, a lo que el ejército respondió con la enviada de otros cuatro tanques y más personal militar, y de inmediato cinco aviones caza surgieron del reino de Cromm y los volaron todos.
Cuando el humo aún no se disipaba surgieron unas figuras con un atuendo militar que les cubría cada centímetro del cuerpo. Remataron a todo lo que quedó. Armados cada uno con una pesadísima ametralladora láser recién después del décimo día lograron derribar a uno y revelar su identidad: Una maquina. El reino de Cromm se estaba defendiendo con un ejército de androides autómatas. Infalibles máquinas de matar perfectamente coordinadas.
La guerra fue escalando cada vez más a un conflicto mayor en el que terminó sumándose Estados Unidos. Mediante una salida disimulada varios tanques salieron a hacer frente a cualquiera que se acercara a Cromm despejando un área inmensa en torno al enorme fuerte que era el reino, un enigmático y perfectamente sellado ovalo en medio de un desolado terreno aparentemente indestructible, los androides sembraron el caos y la destrucción en todo poblado cercano mientras que el cielo era recorrido constantemente por sus cinco aviones caza a la espera de cualquier intento de bombardeo.
El enfrentamiento fue de meses sangrientos en los que no hubo tregua. Hasta que finalmente los americanos descubrieron una falla crucial de las máquinas: Sus cerebros eran vulnerables a un pulso electromagnético. Inmediatamente construyeron una maquina que liberó un pulso de energía que derrumbó a todos los androides. Pero aún quedaban los tanques, aparentemente conducidos por humanos.
Aunque todo indicaba que este reino estaba preparado para resistir por años inexplicablemente la eficiencia en la defensa del reino fue deteriorándose hasta permitir a las tropas aliadas despejar el terreno externo de tanques crommianos que se vieron replegados a su fuerte.
Luego, tres misiles lanzados hacia un mismo punto lograron penetrar en el muro, abertura que demoró días en despejarla de la maquinaria de guerra interna que luchó porque esa abertura no le costara la vida a Cromm.
Pero luego se abrieron otras dos aberturas en el muro, lo que significó la división de las defensas y así estas fueron poco a poco consumidas por las fuerzas invasoras.
Ya no quedaban militares que pelearan. Sólo civiles.
Lo que sorprendió a los americanos una vez que finalmente lograron entrar fue que aún en medio de la batalla unas enormes proyecciones holográficas no paraban de transmitir propaganda nacionalista que hablaba de defender la tierra hasta la muerte. Los primeros capturados no hicieron más que repetir palabra por palabra todo aquel discurseo: “Tortúrenme, mutílenme, mátenme… pero no diré nada, nuestro Líder nos salvará, el nos dijo que esto podría pasar, pero que luego vendría el paraíso, iríamos a La Isla…”
Al parecer las casas verdes e interconectadas eran una realidad en aquel pueblo, pero toda la energía iba directamente a los laboratorios de Koroliov y los proyectores holográficos no eran más que otro mecanismo de represión y adiestramiento de masas.
La defensa del lugar fue formidable. Los invasores tuvieron que pelear casa por casa. No había hombre mujer o niño que no portara armas, estos estaban al borde de la desnutrición y en una miseria casi total, pero seguían peleando como si la derrota significara algo peor.
Luego de controlados a los habitantes, aunque la mayoría optó por el suicidio, las tropas rodearon la fortaleza de Koroliov. Esta resultó estar rodeada por un campo minado cercado para que no entraran los pobladores, pero de un grosor considerable. Incluso resistió el impacto de un misil. Estaba hecha de una aleación desconocida. No cabía duda de que allí se encontraba Koroliov.
Al instalar sus bases de operaciones en las casas de civiles se dieron cuenta de que cada una contaba con un pantalla en una pared que funcionaba en dos direcciones, los civiles recibían órdenes mientras que quienes las emitían tenían una visión completa de la casa, además de otros micrófonos y censores ocultos que descubrieron los soldados. No había rincón del pueblo que no estuviera permanentemente monitoreado desde la fortaleza de Koroliov. Nada pasaba en el pueblo sin que este lo supiera. De seguro los estaba espiando en ese preciso momento.
Al estar estancados en la entrada a la fortaleza fueron hasta el castillo cuyo sistema de seguridad, también formidable, presentó una falla en sus conexiones eléctricas debidas al pulso de energía de la maquina americana, lo que significó su desactivación y la posibilidad de entrar de los aliados.
En la entrada los recibió el eslogan “Conocimiento es poder” Frase cliché de Koroliov. Dentro encontraron mucho equipo científico, maquinaria bélica, armas que nunca antes habían visto y cientos de armas convencionales como rifles y granadas, pero lo más extraño de todo fue un aparato similar a una antena que transmitía una señal desde el último piso del castillo.
Al desactivarlo se llevaron una sorpresa: Todos los habitantes pasaron de un estado de confusión a uno de misericordia. Recibieron a los invasores como héroes libertadores.
El genio despiadado de Koroliov había creado un aparato de control mental que implicaba una dolorosa incisión en el cráneo al nacimiento de cada uno de sus súbditos en la cual se le insertaba un aparato en el cerebro, receptor de la señal de la maquina. Por eso nadie era capaz de negar sus órdenes o salirse del sistema impuesto.
Había transformado a todo el pueblo en su servicial maquina con un poder absoluto sobre ella.
De ese modo una vez liberados los habitantes guiaron a los soldados hacia una impresionante red de túneles subterráneos que se expandía por todo el subsuelo del pueblo y más. Algunos creían que por allí debieron salir los tanques. No había edificación que no estuviera conectada por túneles, excepto el castillo.
En cuanto los llevaron a una entrada disimulada en medio de una calle vieron salir de la abertura en el piso a un grupo de barbudos hombres que llevaban allí escondidos desde hace días. Eran los gobernantes de Cromm.
Si bien estos no recibieron un implante en su cerebro estaban sometidos a una constante vigilancia de Koroliov, con su alta tecnología que incluía detectores de mentiras en cada conversación y cámaras ocultas en cada rincón. Vivían asustados, y en cuanto supieron que los aliados habían penetrado lograron escabullirse hacia los túneles en medio del caos. Dijeron que ni ellos mismos lo habían visto en persona desde hace años y que sólo su asistente y médico personal Joseph Wilson, si tenía el privilegio de verlo no en pantalla.
De ese modo usaron los túneles para sabotear desde abajo las defensas en la superficie. Con una buena coordinación lograron inhabilitarlo todo y penetrar la fortaleza por todos los frentes. Desde abajo los militares y desde arriba el pueblo enardecido.
Lo buscaron por toda la inmensa estructura que incluía centenares de laboratorios y salones de vigilancia con las pantallas que mostraban la grabación de cada cámara en el pueblo.
Alguien encontró una sala con docenas de uniformes alemanes del Tercer Reich. Impecables, iluminados cada uno, repletos de insignias y condecoraciones, y más al fondo se hallaba una mesa con cientos de soldaditos alemanes con la misma cantidad de adornos en sus uniformes, además de varias pinturas, pinceles y lápices. No había duda de que Koroliov los había hecho. A cada uno de ellos.
Recorrieron las docenas de larguísimos y fríos pasillos hasta llegar a su oficina en el último piso. La puerta era de oro y muy decorada, y a cada lado había una estatua del dios Zeus. Abrieron la puerta y entraron a una gran biblioteca de decorado antiguo. Tenía una chimenea y un retrato de Koroliov a los treinta años sobre esta y a cada lado habían cuadros de Ramsés II y Alejandro Magno. Al final había un ventanal por el cual se podía ver a toda la ciudad, pero era de una sola visión, de manera que desde afuera funcionaba como espejo. Tras este estaba un escritorio y su silla que miraba hacia el paisaje, de espalda a los intrusos. Se distinguía una coronilla. Tenía que ser Koroliov. Se precipitaron hacia esta y al darla vuelta los sorprendió un cadáver. Pero no era el de Koroliov, sino el de su asistente.
Confundidos, varios se quedaron viendo a la escabrosa imagen del cuerpo no hace mucho fenecido, pero ya en descomposición. Fue un soldado quien recorriendo el lugar presionó accidentalmente un botón disimulado en un mueble antiguo lo que abrió una puerta secreta en la pared. Los condujo a un pasillo totalmente blanco y desinfectado. Al final había una puerta sellada herméticamente. Los cuatro que entraron se vieron repentinamente encerrados en ese corto pasillo. Mientras golpeaban las paredes y la puerta para poder salir un gas surgió que los desinfectó por completo, temiendo que fuera veneno el soldado que hizo el descubrimiento disparó contra la puerta delantera hacia donde se dirigieron.
Llegaron a una habitación que incluía un baño y equipo de limpieza e higiene, además de docenas de medicamentos en las repisas. Buscaron en el piso hasta encontrar junto al inodoro y en posición fetal a un hombre bastante envejecido, muy pálido y con negras ojeras, desnutrido, totalmente calvo y con un pañal como única ropa. Tenía una jeringa en la mano y varias otras esparcidas en torno a él que indicaban, junto a ciertas heridas en su brazo, que se inyectaba constantemente.
Lo único que decía, sin percatarse de la entrada de sus visitantes era: “Gérmenes, gérmenes, gérmenes….”
Así terminaba sus días el hombre más inteligente y ambicioso del mundo.
La persona que sacaron de aquel cuarto secreto estaba tan devastada e irreconocible que al pasar ante su torturado pueblo este no pudo hacer más que observar silencioso y boquiabierto cómo lo sacaban del lugar.
La obsesión por los gérmenes de Koroliov era algo que surgió, según quienes lo conocieron, desde sus días de trabajo en Moscú, y fue algo que mantuvo en secreto al igual que muchas otras cosas.
Eso explicaba la información de WikiLeaks, alguien debió cometer un error en la transcripción, no era el loco de los “Germanos” sino de los “Gérmenes”.
No obstante, su verdadera obsesión era la del control, comprenderlo todo y controlarlo todo, “Conocimiento es Poder”. Su ambición de poder también iba de la mano con la de auto protección, control de cada factor que representara una posible amenaza. Razón que puede explicar el lanzamiento de los satélites. No bastándole por ejercer un control total en su reino tenía que estar seguro que ninguna amenaza lo derrotaría ya fuera externa o incluso extraterrestre.
“Comunicación es control” era uno de los eslóganes de la campaña de masificar las comunicaciones y la interconectividad en Cromm, pero el control de los gérmenes fue algo que nunca pudo conseguir.
El último enemigo que le quedaba por controlar era la muerte, aquella que podía arrebatarle todo el poder que había conseguido sin previo aviso. Razón por la cual se encontró en sus laboratorios, entre sus tantos experimentos a un proyecto para clonarlo, un embrión ya se estaba gestando en un tubo de ensayo, y otro para reanimar su cerebro con electricidad una vez que muriera asegurándole la inmortalidad. Eran muchos los proyectos que se encontraron allí dentro, muchos sumamente demenciales, pero que gracias a su genio estaban a un paso de concretarse.
Otro era el campo de fuerza, el escudo impenetrable que envolvería a todo su reino, dedicó todas sus fuerzas a desarrollarlo, no durmió en semanas y se mantuvo lúcido con varias drogas, algunas de su propia invención, pero finalmente su temor a los gérmenes lo superó y se retiró totalmente de sus experimentos y la defensa de su reino para auto compadecerse en su nido herméticamente sellado. Su juicio finalmente había colapsado, y eso era algo que de seguro le había informado Joseph, su asistente. Nunca se supo cómo y porqué lo eliminó. Lo único que se encontró junto a él fue un bastón.
Fue llevado a un hospital en la capital, pero ya se encontraba muy mal. Aquel que aspiraba a la inmortalidad ahora yacía allí luchando por su vida por drogas que él mismo se había inyectado. Según se supo después, una crisis similar le vino a los treinta y tres años, pues según él “Alguien tan grande como yo sólo puede morir a esta edad, bien joven” por lo que se auto recluyó por unos meses. Luego le vino una crisis similar a los cincuenta años, pero esta última, la tercera, había sido fatal. Murió tres horas después de llegado al hospital. Se dice que su última palabra fue: “Übermensch”.
Todos esperaban que ese fuera el fin de su reinado de despotismo absoluto y que se iniciara una nueva era para el sufrido pueblo de Gromm. Pero estaban equivocados.
Koroliov había anticipado un final así de humillante antes de perder la cordura, por lo que se implantó un aparato en su torrente sanguíneo conocido como “Bomba de Hombre Muerto” que medía su pulso y una vez que detectó que este había fallecido envió una señal a unas cargas nucleares ocultas bajo el castillo que desintegraron todo en kilómetros a la redonda. Del pueblo no quedó absolutamente nada. Fue uno de los peores desastres nucleares en el Este de Europa desde Chernobil. La tragedia acabó con la vida de cada nativo y soldado de la zona. No quedó absolutamente nada de las acciones de Koroliov.
Pero aún faltaba algo más. Durante la noche, en el hospital donde se encontraba su cuerpo, las enfermeras encargadas de trasladarlo a la morgue presenciaron un grotesco espectáculo: su cuerpo se volvió húmedo, luego gelatinoso, luego finalmente se convirtió en una sustancia viscosa y líquida que se fue trasluciendo y luego desintegrando en pocos minutos.
La única explicación que hay es que fue otro de sus tantos inventos que nunca sacó a la luz: Una sustancia que acompañaba al implante que al ser liberada en cuestión de minutos desintegraba un organismo humano sin dejar absolutamente ningún resto.
De este modo no quedó evidencia alguna de una de las historias más asombrosas de la humanidad. Los hechos fueron totalmente desintegrados y del cuerpo del culpable no quedó rastro alguno.



Por más que insistieron en buscar los investigadores y reporteros fue poco lo que se logró sacar a la luz más adelante para aclarar los increíbles hechos.
Cuando se le preguntó a Koroliov porqué abandono tan repentinamente su lucrativa empresa contestó: “El poder económico si bien es la verdadera fuente del poder que ha movido al hombre desde sus albores no me llena lo suficiente. El mundo que se esta imponiendo es uno basado en el neoliberalismo, el cual incluye bastantes libertades que restringen el poder de los regimenes al que estoy acostumbrado. No me dan todo el control que necesito para mis proyectos. De haber nacido en América me sería más fácil consolidarme todo lo que quiero, - muchos creen que se refería a una candidatura a la presidencia- pero por el momento exploraré otras alternativas.”
Tal declaración fue analizada en múltiples ocasiones para predecir sus intenciones.
Una evidencia que apoya la tesis de que su sueño frustrado era la presidencia de los Estados Unidos era un proyecto que llegó a comentar a uno de sus camaradas del gobierno durante su época de político. El ex jerarca reveló que Koroliov le había comentado que de poder ser elegido presidente usaría un truquillo legal para obtener atribuciones extraordinarias que lo dotaran de más poder, decía que analizando minuciosamente la constitución de los Estados Unidos encontró una contradicción fatal, que mediante un juego de interpretaciones y errores lógicos existía un mecanismo teóricamente válido que le permitían instaurar una dictadura en los Estados Unidos de América de una manera totalmente legal ante determinadas circunstancias.
Más detalles no dio, pero se supone que es un error lógico que sólo puede ser detectado por alguien con la suspicacia e inteligencia de Koroliov, de hecho se sabe que otro sabio austriaco había descubierto la misma falencia, la cual comentó al mismísimo Einstein, pero tampoco le dio detalles.
En resumen, el hecho de no ser americano fue un freno clave a las aspiraciones de poder omnipresente de Koroliov, pues no se tiene duda que no se hubiera detenido hasta apoderarse de todo el mundo.

También se supo que Koroliov planeaba apoderarse de la unión soviética, pero este supo anticiparse a su desplome por lo que fue planeando en secreto una manera más alejada y personal de alcanzar su máximo sueño: Apoderarse del planeta.
Se sabe que fue un pionero en la investigación de la fusión nuclear y se piensa que fue esta fuerza la que movía a la central atómica. Pero desafortunadamente, este secreto que pudo usar en beneficio de la humanidad desapareció junto con todo lo demás. Se piensa que planeaba una especie de ataque nuclear masivo contra naciones poderosas o pocos ataques para, mediante chantaje e intimidación, cual Doctor No, ir ganando poder.
Algunos ya hablan de que planeaba convertir a su isla en otro gigantesco laboratorio lleno de criaturas mutantes y gigantescas junto con más instalaciones secretas y tecnología nunca antes vista. Pero lo cierto es que otro experimento suyo del que se encontró evidencia fue en el S.S. Latveria, el portaaviones que llegó a la isla. Koroliov lo había comprado hace años, dentro de él se encontró tecnología de ondas electromagnéticas que experimentaban con la Teoría del Campo Unificado de Einstein. Se piensa que Koroliov planeaba recrear el Experimento Filadelfia. Ya fuera un tele transportador, o una maquina del tiempo lo que tenía en mente cualquiera fuera le aseguraba un enorme poder.
Finalmente, el legado de este genio esta dividido entre aquellos que lo ven como un genio que a pesar de todo aportó a la ciencia y la otra postura que lo ve como el megalómano más peligroso y ambicioso de la historia, quién fue sumamente egoísta con su trabajo, el cual pudo tener un mejor uso para la humanidad, pero se aseguró de dejarnos más preguntas que respuestas. Se llevó a la tumba toda cosa útil que permitiera a alguien obtener todo el poder que él no logró alcanzar, pues para él toda la existencia del ser humano estaba destinada netamente a ser “Un hombre completo” que superara a los demás y se impusiera por sobre estos. Nuevamente, y como reza su monolito en la isla, “Conocimiento es Poder”.
Mi obsesión por las mentes brillantes reflejadas en este cuento que idee en una larga noche de insomnio, durante el eclipse.

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