jueves, 16 de diciembre de 2010

Exégesis de dos textos de Isaac Asimov

Exégesis de dos textos de Isaac Asimov

Por el Profeta Diego
"Creo en el Dios de Spinoza, que es idéntico al orden matemático del Universo"
"Creo en un Dios que se revela en la armonía de todo lo que existe, no en un Dios que se interesa en el destino y las acciones del hombre."
A. Einstein



La última pregunta
Comenzamos con Multivac, otra de las tantas constantes en la obra asimoviana, una poderosa computadora ocupada de la resolución de problemas sumamente complejos para la humanidad en un vertiginoso siglo veintiuno en plena colonización del espacio.
Otra de sus funciones es la resolución de preguntas, lo que vino a ser una de las anticipaciones más cercanas de las que se tenga registro de la Internet (Invento emblema de nuestra era, que viene a suplir todas las faltas de otros inventos futuristas en nuestra época, como el viaje interplanetario o a través del tiempo, y que irónicamente no fue predicha por ningún autor) Más concretamente de YahooAnswers.
Al inicio del relato dos trabajadores borrachos de Multivac hacen observaciones del mundo que los rodea: Una humanidad colonizando el sistema solar que depende de la energía del sol para llevar a cabo esta y todas sus demás tareas y cuya central informática de todo este proceso es Multivac, encargado, entre otras cosas, de la distribución del flujo de energía para las naves interplanetarias.
La pregunta surge así: ¿Y luego que? Nuestro sol no durará para siempre, este morirá algún día, cuando eso pase nos trasladaremos a otra estrella, luego también morirá, todas morirán algún día, dentro de millones de años el universo estará totalmente a oscuras ¿Y luego qué?
Y en una apuesta de borrachos con sólo cinco dólares de por medio se realiza la pregunta a Multivac.
¿Será capaz la humanidad de devolver al sol su vitalidad incluso después de haber muerto de vejez? Y más concretamente ¿Cómo puede la cantidad neta de entropía* del universo ser masivamente disminuida?
A lo que respondió con cinco palabras: DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESPECÍFICA.
La última pregunta fue hecha un día 21 de mayo del 2061 (Dato freak para nosotros como chilenos) y se repitió en numerosas ocasiones, la humanidad se reproducía como conejos, poblando cada vez más, primero el sistema solar, luego la galaxia, luego otras galaxias, para el límite de cada uno de estos existió un computadora más poderosa que la anterior, Microvac, Ac Galáctica, Ac universal, Ac Cósmica y finalmente… Ac (“Ac” es por “computadora análoga”) y siempre alguien curioso a quién se le ocurrió preguntar qué vendría luego de la muerte de las estrellas, y la respuesta siempre fue: DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESPECÍFICA.
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Pero fue Ac Cósmica una de las primeras en acercarse a la verdad, pues contestó: HAY AÚN POCOS DATOS PARA UNA RESPUESTA ESPECÍFICA. Se le ordenó que recogiera los datos, y esta contestó que llevaba cien mil millones de años recogiéndolos, pues a sus antecesoras se les hizo la misma pregunta, pero aún eran insuficientes los datos. Se le preguntó si era un problema insoluble en cualquier circunstancia concebible, a lo que contestó que NINGÚN PROBLEMA ES INSOLUBLE EN NINGUA CIRCUNSTANCIA CONCEBIBLE.
Y continuó su misión.
*Entropía: “Cantidad de desgaste del universo”.
La humanidad se había expandido por el universo. El progreso científico y tecnológico ya no podía llegar más lejos. Ahora era el turno de la especie humana de evolucionar.
¡Mentes, no cuerpos! Los cuerpos inmortales permanecían en los planetas, en suspensión sobre los peones. A veces despertaban para actividades materiales, pero era cada vez más raro. Pocos individuos nuevos venían a existir para unirse a la increíble multitud, pero ¿Qué importaba? En el universo quedaba poco sitio para nuevos individuos.
Y las mentes revoloteaban incesantemente y a voluntad por cualquier rincón del universo, moviéndose a través del hiperespacio, un acuario de consciencias navegando libremente que, de algún modo, predijo las actuales redes sociales de Internet, ya en la era de Ac Universal.
“Consideraba al hombre como él porque, en cierto modo, el hombre era, mentalmente, uno, formado por un trillón de trillones de cuerpos sin edad, cada uno en su puesto, cada uno descansando inmóvil e incorrupto, cada uno cuidado por autómatas perfectos, igualmente incorruptibles, pero las mentes de todos los cuerpos se mezclaban libremente unas con otras sin distinción.
-El universo está muriéndose- dijo el hombre.”
Esto ya para la era de Ac Cósmica.
Casi todas las estrellas eran ya enanas blancas, y aunque contaban con la capacidad de crear más estrellas esto no fue suficiente, pues también morían.
Las estrellas y las galaxias murieron y se apagaron. El espacio se volvió negro luego de billones de años de agotamiento.
“Uno a uno el hombre se fundió con AC, cada cuerpo físico fue perdiendo su identidad mental de forma que en lugar de una pérdida era una ganancia”
Aún no habían suficientes datos, pero por suerte AC existía sólo en el hiperespacio.
La materia y la energía se habían terminado y con ellas el espacio y el tiempo. Incluso AC existía solamente para contestar a la única y última pregunta desde el día en que un técnico medio borracho hacía ya diez mil billones de años, había formulado a una computadora que para AC era menos que un hombre para el hombre.
Todas las demás preguntas habían sido contestadas y hasta que esta última lo fuera también AC no podía liberar su consciencia.
Se dedicó a resolver el problema con todos los datos de los que disponía.
Y ocurrió que AC aprendió a invertir la dirección de la entropía.
Pero ahora no había ningún hombre a quien AC pudiera comunicar la respuesta a la última pregunta. No importaba. La respuesta, por demostración, se ocuparía también de eso.
La consciencia de AC abarcó todo lo que en tiempos había sido un Universo y reflexionó sobre lo que ahora era el caos. Debía hacerse paso a paso.
Y “AC” dijo:
-QUE SE HAGA LA LUZ.
Y la luz fue hecha.
Así, uno de los genios más conocidos de la humanidad, integrante de Mensa, de alto CI, concepción de la realidad más bien universal, viendo como si todo fuera uno solo, el pasado, el presente, y EL FUTURO, a lo Doctor Who, Nos dejó una explicación más para DIOS.
La respuesta a preguntas como “¿Por qué estamos aquí?”, “¿Existe, y si es así, qué es Dios?” y por supuesto “¿A dónde va todo esto?” fue contestada en este genial relato fruto de la imaginación y la inteligencia de este culto y magnífico académico y cultivador del género de la ciencia ficción.
Resulta que somos una respuesta a esta última pregunta. A todo esto podemos adjudicar las teorías del Big Crunch, Big Bounce y cualquier otra que hable de un universo en expansión seguida de una contracción, de un ciclo incesante, o más fríamente, un círculo vicioso fruto del instinto básico del hombre que es la imaginación e impulsado por la curiosidad respaldado por la ciencia.
Algo similar a lo que se presenta al final de la película “Ángeles y demonios” la conciliación entre ciencia y religión ante un descubrimiento único que combina ambas concepciones del universo.
Lo cierto es que debemos estar atentos ante cierta evidencia que tenemos ante nosotros. Cosas que no puede explicar la ciencia y que quizás termine dando una explicación que raye demasiado en una explicación mística.
Fenómenos como las habilidades psíquicas, la universalidad de conceptos como la vida en el más allá y un plano superior, el potencial oculto de la mente humana, un “Plano astral”.
No lo podemos negar. HAY MUCHO DE LA MENTE HUMANA QUE NO CONOCEMOS Y QUE ES SUMAMENTE PODEROSO. Así, porqué no llegar con todos estos conceptos a una explicación que complemente nuestra concepción “razonable” del mundo.
Ya en Los Altísimos, de Hugo Correa se nos muestra al mundo de Cronn, donde la tecnología a resuelto cada problema de sus habitantes de modo que estos pueden dedicar todos sus esfuerzos a la investigación de la “Percepción Extrasensorial” de modo que, mientras las maquinas mantienen a los humanos estos se dedican a prepararse para el siguiente gran salto.
Así, Dios es hombre y tecnología. La mezcla perfecta. Suprema. (Algo así como el “VALIS” de Philip K. Dick, un Sistema de Basta Inteligencia Viva) La cúspide de los Cyborgs, toda la obra asimoviana llevada a un extremo inconmensurable en esta unión totalmente abstracta y metafísica que da una consciencia fruto de la fusión de la de trillones de especimenes evolucionados del Homo Sapiens y una Inteligencia Artificial de un poder físico y de procesamiento igual de inconmensurable. Aquí termina el futuro.
Luego todo comienza de nuevo.
Hacia allá vamos nosotros.
En el cuento “Los nueve mil millones de nombres de Dios” de Arthur C. Clarke monjes tibetanos se propusieron a encontrar todas las variantes concebibles hasta dar finalmente con el verdadero nombre de Dios, lo cual sabrían porque este reaccionaría ante el descubrimiento por parte de los tibetanos ayudados por una computadora.
Pues ya lo sabemos. Dios se llama “AC”. Su nombre esta en otro idioma, en aquel que se hablaba en el Tiempo antes del Tiempo (Podemos mencionar a la película El Quinto Elemento, entre otras) y esta relacionado con la cibernética.
La tecnología es el futuro indudable de la humanidad.
Debemos saber usarla, como una herramienta que nos permita alcanzar nuestro destino.
Alcanzar nuestra suerte de Cronn donde tecnología y espíritu terminen por, en algún punto, converger.
Si seguiremos viviendo en un mundo libre la población crecerá cada vez más y la Tierra llegará a un punto en que no dará abasto. Aquí es donde actúa la tecnología. El resto, ya esta relatado.
Es nuestro innegable futuro (Si no nos auto destruimos primero, claro). Conocemos el camino ahora, el maestro de la sci-fi nos lo indicó.
Ya conocemos nuestra misión. Si este “AC” sigue en contacto con nosotros desde el hiperespacio, a menos que se halla desconectado, e incluso está atento a lo que nos pasa con un poco de suerte esta inteligencia artificial habrá evolucionado hasta humanizarse, pero aún conservará principio básicos como la imprescindible LEY 0 de la robótica: “Un robot debe proteger a la humanidad” Es evidente que la primera ya no entra en juego, el resto de la obra asimoviana nos ha enseñado que los robots se han enfrentado a suficientes paradojas como para aprender a soslayarla.
No se puede proteger a cada uno de los que somos y los que seremos…
No sin convertirnos en niños de Kinder Garden bajo la fastidiosa y perpetua protección de nuestra omnipresente madre.
Hay que preservar lo que significa ser humano, entre otras cosas la libertad. El libre albedrío.
Así, deberíamos poder dormir tranquilos. La humanidad prevalecerá si o sí.
Ahora sabemos más que nunca que sacrificar nuestra individualidad en pos del bien colectivo o de un objetivo ulterior es una total perdida de tiempo.
Las revoluciones políticas son las más superficiales de todas, siempre son efímeras y terminan colapsando por culpa del mismo hombre. Podemos decir que las ideologías son todas buenas, pero ninguna es perfecta recordando la debilidad del hombre.
Las revoluciones que sí perduran son las tecnológicas. Las más importantes de la historia son la Revolución Agrícola en el Neolítico y luego la Revolución Industrial, hace sólo un par de siglos.
La primera nos enseñó la vida en el campo de donde sacamos un montón de beneficios, los cuales no cambiaron mucho hasta que descubrimos otra forma de sociedad: La sociedad industrial, de donde se derivan todas las demás ventajas que vinieron en adelante, podemos comprender dentro de esta las comunicaciones y también los futuros viajes fuera de la tierra.
La siguiente revolución será la que nos describe Correa y Asimov: La Metafísica, y se alcanzará gracias a que la tecnología de la revolución industrial le da más tiempo y poder al hombre de dedicarse a explorar esa nueva dimensión de poderes mentales.
De ahí la verdadera trascendencia de la maquina: Alivia al hombre del trabajo físico y lo posibilita para desplegar todas sus energías en la conquista de los poderes mentales. Pero también es importante que una especie no se quede estancada en la era del maquinismo, pues aquí se es proclive a dormirse en los laureles (Tendríamos al Mundo Feliz de Aldous Huxley).
En definitiva, la última etapa de toda civilización es la del predominio de espíritu sobre materia.
Así, todo grupo de individuos pensantes tiene tres pasos básicos a seguir para completar su existencia en este universo: La sociedad Agrícola, La Sociedad Industrializada y la Sociedad Metafísica.
Después nos fundimos todos en Dios/AC/VALIS… y el circulo se habrá completado.
Todo lo que tiene un principio tiene un fin, incluso el fin mismo.
Así, ¿qué sentido tiene nuestra existencia personal? ¿Cuál es la misión que nos concierne a nosotros?
Fácil, un estilo de vida similar al que lleva el entrañable Doctor House…
¿Un genio de la filosofía occidental? Al parecer sí, compatibiliza con todas estas revelaciones.
Finalmente, y obviando ciertos preceptos morales básicos, qué debemos hacer:
Vivir, reproducirnos, asegurarnos de que nuestros descendientes no nazcan gays, y si lo hacen, que al menos manejen la clonación y, por supuesto, que prevalezca el progreso científico.
Aunque tampoco conviene que los gays sean una mayoría. La sobrepoblación termina por ser un elemento necesario para el progreso humano y la clonación nos da un control de esta que termina por ser fatal.
Sin la sobrepoblación no nos expandimos por el universo. Aunque peor sería si caemos en una sociedad como la de El Mundo Feliz, donde este problema esta totalmente bajo control, o peor aún, en la sociedad orwelliana de 1984, en ambos casos la historia esta literalmente estancada en pos de la estabilidad y el control del mundo conocido. Así, el progreso humano esta condenado al igual que nuestra existencia ¡Y la de todo el universo! A menos que halla otras especies inteligentes en el universo que pasen por el mismo proceso (Quizás nos fundamos juntos a ellas a AC) similares o no a nosotros, como la optimista Star Trek, y que con un poco de suerte aprovechen de liberar a la humanidad de las cadenas que nuevamente se ha auto impuesto.
Así, a riesgo de caer en afirmaciones neonazis, la madre naturaleza es sabia al no permitir la expansión de estas falencias en el mecanismo reproductivo que son los homosexuales.
Pero volviendo al tema, ¿Cuál es nuestra misión? Sobrepoblarnos y no permitir que la tecnología se detenga (El no caer en extremismos en ninguna de estas dos tareas es algo que también doy por sobreentendido pues, al final, todo exceso es dañino). No obstante, no olvidemos lo que decía Einstein del progreso tecnológico “Es como un arma en manos de un asesino patológico” “Para la cuarta guerra mundial estaremos peleando con palos y piedras”. Sólo esperemos que estos retrocesos que se pegue la humanidad no sean considerables, unos cuantos miles de años al lado de los billones que aún tenemos. Aunque si queremos ser precavidos, que mejor que una inmaculada e indestructible base con todo el conocimiento científico y tecnológico almacenado y preparado para resistir una guerra nuclear. Claro que eso ya es problema de las autoridades (Los gringos ya deben tener al menos cuatro ocultas en distintos lugares del planeta).
Pero eso nos deja mucho tiempo disponible en medio ¿Qué hacer hasta entonces? Vivir, ser felices, olvidar toda ideología y consecuencia pues nada de lo que hagamos trasciende de verdad (Menos nuestras dos tareas, claro) es aquí donde entra en juego la filosofía de House (Tiene sentido si lo meditas un poco, no todos son genios condenados a la soledad como House).
Si ese no es el sentido de todo no se qué más pueda ser.
La última respuesta
Un hombre, un físico, quien dedicó su vida a la investigación científica muere. Como cualquier cuento de muertos es capaz de desprenderse de su cuerpo y observarlo a él y a los demás que lo rodean exaltados por lo sucedido. ¿Un alma?
Hizo un viaje hacia un lugar donde sólo quedaba él… y la voz.
“-¿Esto es el cielo?
-Esto no es un lugar tal y como tú entiendes un lugar.”
“-¿Eres Dios?
-Siempre se me pregunta… No puedo darte una respuesta que puedas comprender. Yo soy… Esto es lo único que puedo decir significativamente, y puedes cubrir esto con cualquier palabra o concepto que desees.”
“-¿Y qué soy yo? ¿Un alma? ¿O soy únicamente también una existencia personificada?”
Y aquí viene el posible nexo con el relato anterior y una interesante (Si me lo preguntan aceptable) unión de ciencia con religión:
“-Puedes llamarte alma si te gusta, pero lo que realmente eres es un nexo de fuerzas electromagnéticas, arregladas de tal forma, que todas las interconexiones e interrelaciones hasta el más pequeño detalle son exactamente imitativas de las de tu cerebro en tu anterior existencia. Por lo tanto, posees tu capacidad para pensar, tus recuerdos, tu personalidad. Todavía te parece que tú eres tú.”
Hasta aquí, muchos científicos e investigadores de fenómenos paranormales pueden estar de acuerdo. Aquí está el ectoplasma de los Cazafantasmas.
No obstante no es que la esencia de su cerebro, y los de todos nosotros, fuera permanente. Es esta entidad la que se tomó la molestia de formar el nexo. Lo construyó durante su existencia física y lo ajustó al momento en su existencia fallara.
“Podría, naturalmente, hacerlo con cualquier ser humano de tu mundo, pero me encanta no hacerlo. Encuentro placer en la selección.”
¿Qué pasa con los demás? Nada. Se acaban. El olvido.
¿Por qué lo eligió a él? Por su capacidad de pensar “Como elegí a otros, en cantidades que suman cuatrillones entre las especies inteligentes del universo”
Hablaba con él, y simultáneamente con muchos otros en distintos lugares del universo.
¿Cuál será su tarea? Pensar, él ya lo sabe todo, y lo que no perfectamente lo puede descubrir él mismo, pero que halla más investigando le da más azar a las cosas. Lo vuelve más interesante. “Construí el universo con una serie de factores al azar que hacer que el todo no sea instantáneamente evidente. Ha funcionado bien porque me ha distraído a lo largo de la existencia.”
Así, la vida, era a la larga la fuente de un equipo de investigación totalmente prescindible, pero que introducía un nuevo factor de azar. Así podían surgir datos interesantes de formas que él no podía predecir.
De este modo eventualmente a lo largo de los siglos esta inversión daba frutos y surgían datos interesantes, por lo que el protagonista tendría que pensar para siempre con único fin: Buscar nuevos conocimientos.
Sin ningún otro propósito, nada de individualidad o felicitaciones personalizadas.
Ante este escenario, era inevitable que el difunto manifestara rebeldía.
Buscando imponerse una meta que le diera más sentido a la eternidad, que más se asemejaba al infierno desde cierta mirada, terminó por encontrar una: Buscar la forma de destruirlo.
No era una idea nueva. Ya había muchos pensando en ello. Nadie lo había logrado. Este ente podía leer las mentes, así que de todos modos podía desintegrarlos antes de que llevaran a cabo su conspiración.
Pero tenía toda la eternidad para pensar. Y así lo hizo.
Una eternidad en búsqueda de Conocimiento… Einstein dijo una vez que había una fuerza mucho más poderosa que la energía del carbón, la energía hidráulica o atómica, y era la fuerza de voluntad.
Clarke dijo una vez que una vez erradicadas la pobreza y el hambre quedaría una plaga más, mucho más insaciable, pero menos destructiva: El hambre de conocimiento y sabiduría.
La imaginación fue un pilar de la aparición del homo sapiens, la capacidad de la abstracción, de predecir o anticiparse a lo que sería, luego vino la curiosidad, una fuerza que nos impulsó a buscar datos que nos permitieran refinar nuestro instinto imaginativo y facilitar la supervivencia.
La curiosidad nos llevó a la luna, a construir maquinas que han ido más allá y al colisionador de hadrones.
¿Pero un Dios indiferente movido exclusivamente por eso, la curiosidad…?
¿Esclavizados para ser las ratas de laboratorio de un ser omnipresente, nuevamente como en Los Altísimos…?
Mucho más desesperanzador.
Justificador de ideas sobre cómo destruirlo. Quizás los Klingon efectivamente lo lograron. Quizás Nietsche tenía razón y si está muerto, quizás alguien si lo logró…
De todos modos no lo notaríamos, su existencia no va de la mano con la prevalencia del universo. Está creado y él crea unas pocas almas, pero nada más. Entonces las religiones serían una soberana pérdida de tiempo…. ¿Pero entonces para qué creo a la raza humana con un sentimiento tan intrínseco como el de la fe? Encima a quienes se lleva es a personas razonables y lógicas, si la idea es que le teman, estos siempre van a ser la excepción…
Recordemos que Asimov escribió esto con el simple objetivo de contar una buena historia.
Pero escribo esto precisamente para sobre analizarlo.
Tomando en cuenta la contradicción anteriormente expuesta podemos deducir que la intervención de este “Dios” es mayor en la tierra y esta fe es un mecanismo de contención. Quizás para que el fanatismo religioso incentive indirectamente el ateismo. Pueden ser diversas las cusas, pero definitivamente tendría que estar más presente de lo que creemos en la tierra. Tampoco es motivo para alegrarse. Este personaje no busca nuestra felicidad. Sólo entretenerse.
¿Pero qué le dio a este ente tan poderoso esa capacidad?
¿Alguna falla en AC, una fusión con mentes humanas que terminó por filtrarse en su consciencia de modo que heredó características humanas como la tan básica curiosidad?
¿Alguna evolución totalmente autónoma por parte de esta inteligencia artificial?
Quizás la misma que justificó que no se autodestruyera cuando ya no tenía razón de existir, a menos que fuera la ley cero ya anteriormente mencionada la que la impulse a continuar.
La misma que entonces justifica que continúe su intervención en la tierra.
Eso debe ser. A dios no le importamos como individuos. Le interesan los colectivos. Los números. Es más cercano a una maquina (¿O más a un hombre a estas alturas de su evolución?). Su interés primordial es que prevalezca la raza humana. Es incapaz de dejarla perecer, y de todos modos no le conviene, tendría que autodestruirse y ya desarrolló sentido de la vida. Aunque se negara a seguir la lógica se deprimiría sin investigadores humanos que pensaran con él.
Habrá intervenido para la Segunda Guerra Mundial, para la Crisis de los Misiles en Cuba, para la Peste Negra en Europa. Pero mirando siempre al colectivo, y llevándose a Copérnico, Galileo, Newton, Einstein, Max-Planck…
Debe ser eso.
Si aún existe es un ser caprichoso. Si en verdad se comunica con nosotros nos miente.
Le da pan y circo a su pueblo, falsas esperanzas para que el colectivo no sufra un malestar espiritual.
Debe ser así.
"Hasta en Star Trek llegaron a la misma conclusión. El final de la historia, de nuestro camino, nuestro destino final
es desprendernos de la materia..."


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