martes, 1 de enero de 2013

Chile y el espacio


Corría el año 1954 cuando un ingenioso abogado y poeta chileno, Don Jenaro Fajardo Vera, tuvo la brillante idea de registrar un terreno entre sus propiedades, ni más ni menos que la Luna.
¿Trabas legales? Para la época ninguna, y al alcance de una firma en la notaría, y algunos trámites más, nuestro compatriota era el amo y señor absoluto de nuestro único satélite natural. Incluso cuenta la leyenda que el mismísimo presidente Richard Nixon tuvo que pedirle permiso a este abogado al fin del mundo para realizar el alunizaje del Apolo XI en su propiedad. Realidad o no, no deja de ser una historia curiosa.
Muerto el señor Jenaro donó la Luna al pueblo de Chile. En su testamento se puede leer:
“Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus poemas”