domingo, 22 de julio de 2012

Chile ¿País Jedi?


A nivel planetario, la ciencia ficción tiene a dos franquicias como protagonistas de una eterna disputa: Star Wars y Star Trek. Si bien la primera supera indudablemente a su contendora con el marketing y penetración en la cultura popular masiva, la segunda no se queda atrás en cuanto a la complejidad de sus personajes y argumentos, sumándole el plus de que fue la primera saga en irrumpir en pantalla y la más innovadora en su tiempo.
Ambas son productos distintos, dirigidas a públicos de distintos gustos e intereses, pero enmarcadas en el genéro sci-fi, claro. Lo que me ocupa en el presente ensayo es que Star Wars parece tener la batalla poco menos que ganada en nuestro pequeño país.
En el último tiempo se han desarrollado varias convenciones y eventos que han permitido el florecimiento de nuestra cultura ñoñística desde principios del milenio, siendo los stands, grupos y decoraciones más abundantes en la mayoría de estos eventos los relacionados con Star Wars.
Grupos como Fan Solo, Star Wars Chile y Alianza Rebelde, entre otros, sobresalen por su número y capacidad de organización y creación; destacando sus costosas maquetas y elaborados dioramas que constituyen uno de los mayores atractivos de todo evento al que han sido invitados. Contrastando con los poco numerosos fans de Star Trek, y algunos de Star Gate, la space-opera por excelencia en las convenciones chilenas es, sin duda, la saga de George Lucas.
Y el logro más trascendental de estos fanáticos de La Fuerza, hasta ahora, ha sido, sin lugar a dudas, el mediometraje Star Wars: Renacimiento, un film made in Chile enmarcado dentro del universo Star Wars, de la mano del director nacional Inti Carrizo Ortiz. Tal fue el éxito que tuvo en festivales internacionales que el mismo George Lucas le dio su sello de aprobación. Oficialmente, estamos ante un producto del universo Jedi.
Como remataría nuestro querido Juan Andrés Salfate: “Chile es un país Jedi, por la razón, ¡o la fuerza!”.
Si lo dice nuestro escudo nacional, debe ser verdad.
Pero indaguemos un poco en las posibles razones.